Aunque las trufas y setas secas del desierto se consumen principalmente por tradición y por su agradable sabor, contienen cantidades importantes de proteínas y muy elevadas de antioxidantes, que las hacen muy interesantes desde el punto de vista nutricional. La conocida como "nariz de nieve" o "nariz de invierno" se produce por la disminución de las horas de sol, que se altere la función de las proteínas encargadas de la pigmentación de la piel. Los complejos inmunes son compuestos formados por la unión de anticuerpos, que son proteínas cuya función es reconocer patógenos, Fresco Tuber Borchii y antígenos, que es el nombre que reciben las sustancias ajenas trufas al por mayor organismo que desencadenan la respuesta inmunitaria.