Con estos conocimientos generales, Agustín Lagos se lanzó al mundo de las trufas negras en 2006. Su premisa estaba clara: no solo escabullir sus manos o distintos elementos en el suelo para hallar con cada fruto, sino también con la idea de meterse de lleno en el mercado de un producto verdaderamente apasionante. Esta sensación pueden provocar una respuesta en el perro que conlleve el rascado del hocico o restregar el mismo contra el suelo u otros objetos de manera frecuente. Pero aquella noche ocurrió una cosa muy terrible en Colmania.