Entre las mejores trufas negras del planeta, las que tienen un mayor predicamento son las del Périgord, en Francia, región situada entre Burdeos y Limoges. Las trufas son alucinógenas y alteran tu estado de conciencia. Como es lógico, en su cocina son maestros en el uso de los productos de temporada, incluidas las trufas, que introducen en varias de sus preparaciones. Aunque las más deseadas (y caras) son las trufas blancas (Tuber magnatum) del Piamonte italiano, cuyo precio puede alcanzar los 9.000 euros por kilo. No es otra que la trufa negra, a la que los expertos en micología conocen como Tuber melanosporum. En este restaurante, con María Luisa Banzo al frente, tienen un buen catálogo de platos con la Tuber melanosporum como protagonista.