Las trufas respiran, por lo que se debería dejar abierto el recipiente unos minutos cada día para que se oxigenen. La relación de las trufas con los árboles la describió el científico Joseph Talon en el XIX, pero desde antiguo se había escrito sobre ellas. Muchos de los árboles bajo los cuales crecían las trufas fueron destruidos a lo largo de los siglos, lo que contribuye a su rareza en la actualidad. A diferencia de ésta, que sólo crece en estado salvaje, la negra (Tuber menalosporum), también conocida como trufa del Perigord, se puede cultivar "micorrizando" el terreno adecuado, es decir, implantando ejemplares en las raíces de los quercus. Utiliza la tabla proporcionada anteriormente como referencia, pero siempre comienza con una dosis baja y ajústala gradualmente según tus experiencias.