Las posibilidades culinarias que ofrecen las trufas y las setas son casi infinitas. Feliz mil veces el que puede decir: «Mi mujer», y descansar en su seno, y morir en sus brazos, oyéndola pronunciar juntamente el nombre de Dios y el de su marido, envueltos en lágrimas que el ángel de la guarda está recogiendo en ánfora invisible. Virgilio impuso a sus testamentarios Tuca y Vario la obligación de echar al fuego la Eneida, porque no la había traído al cepillo tantas veces cuantas él quisiera: Cervantes no leyó ni una sola su manuscrito, y así lo dio a la estampa, lleno de lunares, como todo el mundo sabe. Puedes aplicarlo todas las veces que sea necesario, mediante un suave masaje. Por lo tanto, los entrenadores deben estar atentos a las señales que el perro les envía, adaptando las sesiones de entrenamiento para evitar el agotamiento o la frustración. Además, es crucial verificar la temperatura del perro para descartar la posibilidad de fiebre.