Pero hablemos un poco sobre su origen: cuenta la leyenda que se trata de la creación de un chef italiano que se encontraba en Cataluña, el cual bautizó al bizcocho como petto di monja (es decir, cofre de monja). Entre los veteranos en este terreno está Naranjas Lola, negocio familiar que empezó a vender frutas (primero naranjas y ahora también mandarinas, melón, sandía..) a través de su web en 1998. Además, cuenta con poca cantidad de hidratos de carbono y prácticamente no posee grasas. Aquí te pasamos un fácil procedimiento para que los disfrutes en casa. Estos recuerdan un poco a la trufa de chocolate, y son un verdadero tesoro: en 2009, esta golosina fue registrada en la ciudad de Querétaro por El palacio de Chocolate, una chocolatería artesanal donde podrás encontrarlos y disfrutarlos al estilo tradicional. Naturales, sin "aditivos químicos para su coloración, maduración o conservación".