A continuación, cogemos una cacerola con agua y la colocamos sobre un fuego fuerte. Sobre una superficie enharinada y con el rodillo o con la máquina de pasta, estiramos la masa en láminas. Las trufas pueden también conservarse en manteca, venderse deshidratadas o previamente cocidas Es recomendable sobre todo en familia. Si bien la mayoría de las trufas que se encuentran en España son silvestres, en los últimos diez años ha crecido el interés por cultivarlas (tubericultura), una iniciativa que se enfrenta a un proceso de maduración muy lento y a una inversión inicial económica costosa. Un detalle no menor, las trufas también se utilizan para decorar en repostería, puedes preparar una rica torta de chocolate y utilizarlas como elemento decorativo. La textura resultante es tan buena y espesita que la podéis usar simplemente para extender con una espátula o también para rellenar una manga pastelera y decorar vuestras tartas y pasteles.