Otro paraíso para el trufiturismo son las tierras y montes de la provincia de Teruel, donde se produce y recolecta luna de las mejores trufas negras del mundo. Era un vicio con apariencias de joven, y había recibido la espantosa educación de ese mundo en que en una noche se cometen de pensamiento y de palabra más crímenes que los que castiga en un año la audiencia, en donde las buenas palabras asesinan las más grandes ideas, y en donde se pasa por hombre de mundo cuando se ve claro, entendiéndose allí que ver claro, es no creer en nada, ni en los sentimientos, ni en los hombres, ni hasta en los acontecimientos. Durante la Edad Media, la trufa perdió popularidad: se creía que era el alimento de las brujas. Manteniendo este tipo de recolección artesanal, hemos ido incorporando las exigencias que el mundo actual nos impone, teniendo en cuenta el desarrollo sostenible y el medio ambiente en todo el proceso de producción y venta de la trufa.