Porque el especial crecimiento de estos hongos hace que las herramientas utilizadas en la recolección de trufas sean especiales. Luego, durante la Edad Media la iglesia católica catalogó las trufas como producto del demonio debido a las propiedades afrodisíacas que se le atribuían y porque además veían que crecían bajo la tierra, "cerca del infierno". Acompañamos a Guillaume, uno de los 20.000 truficultores que existen en Francia, y a sus perros adiestrados: Oli, Pidi y Truf a cazar estos diamantes negros bajo la tierra, en un suelo con idoneidad trufera, como el del sur del país.